Cultura

Denuncian abusos de Marcela Herbert en SECULT

 

El Consejo Consultivo de Teatro denuncia abusos e irregularidades de parte de la Secretaria de Cultura Estatal Marcela Herbert.

Es de dominio público que la asignación de la actual secretaria de cultura estatal Marcela Herbert Pesquera obedece a la relación personal de esta con integrantes de la familia del gobernador del estado Mauricio Kuri González, hecho que ha dejado en claro desde el inicio de su administración que el elitismo, el amiguismo y los intereses personales han sido la columna vertebral para poder asignar presupuestos, apoyos y priorizar la distribución de la «cultura» queretana, dejando a un lado a la gran mayoría de la población.

El Consejo Consultivo de Teatro realizó un pronunciamiento público referente al desarrollo de la actividad cultural en Querétaro, en el cual enumera de manera contundente las demandas de la comunidad teatral estatal sobre la administración, distribución y fomento del teatro queretano. abusos, abusos, abusos, abusos, abusos, abusos, abusos, abusos, abusos

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El contenido integro se lo compartimos a continuación:

A nivel nacional, Querétaro es reconocido como el segundo corredor de teatro más importante del país. Así es difundido por las instancias culturales, quienes encuentran en esta enunciación un motivo suficiente para posicionarse dentro del ámbito nacional en un lugar preponderante en relación al resto de los estados. Tal vez tengan razón, en Querétaro hay mucho teatro.

Lo que no dicen nuestros representantes es que este acontecimiento teatral no se debe precisamente a los apoyos que brindan o a un plan estratégico establecido desde el gobierno. El movimiento teatral del estado sucede porque hay una comunidad a la que no le falta imaginación, proactiva, con visión social, imparable, implacable, determinada, luchadora, que ha aprendido a sobrevivir y desarrollarse, adecuándose a todas las condiciones por más precarias que se presenten.

Y es precisamente esta actitud la que nos confiere el derecho de pronunciarnos de muchas maneras, para denunciar las vejaciones y humillaciones de las que hoy en día estamos siendo objeto los artistas de esta entidad por parte de las instancias culturales. abusos, abusos, abusos, abusos

Estas acciones constituyen un atentado contra nuestra capacidad intelectual, la violación a nuestros derechos culturales y laborales y una burla franca a nuestra profesión cuando son ellas quienes deberían defender, fomentar, apoyar, respaldar y vigilar que las condiciones para el desarrollo artístico profesional sean cada vez más favorables y de mejor calidad para que juntos, artistas e instituciones, podamos hacer frente a la desigualdad en materia cultural que hoy en día prevalece en grandes sectores de este país.

No bastan las buenas intenciones, son las acciones las que terminan por evidenciar la verdad que se esconde detrás de un Plan Estatal de Cultura lleno de ambigüedades y de mentiras que hoy por hoy evidencian la falta de sensibilidad y de interés real por atender las necesidades de un sector de por sí vulnerable: los artistas, con quienes la instancia cultural del gobierno del estado ha mantenido cero comunicación.

Nunca antes nos habíamos enfrentado a un gobierno autoritario que no nada más se burla y minimiza nuestras capacidades sino que además se encarga de nulificar nuestros argumentos, es indiferente a nuestras demandas y, haciendo uso de su posición de poder, realiza acciones que francamente dividen a las comunidades, favoreciendo solamente a aquellas personas que se declaran a favor de su política excluyente y elitista. Hasta la iglesia supo, en su momento (siglo XVII), utilizar el arte como un medio propagandístico de la fe.

Un Plan Estatal de Cultura debería ser el eje rector de las acciones en materia cultural y artística que un gobierno va a realizar, con metas y objetivos claros, congruente con el contexto, en apego a las necesidades de todos los sectores de la población –a la que se debe porque todo este aparato de gobierno vive de nuestros impuestos– y primordialmente contenedor de las directrices que lleven al desarrollo intelectual y humano de la población, para garantizar el derecho de acceso al arte y la cultura que poseemos todos los individuos.

Pero este documento –que usted puede consultar en las páginas oficiales tanto de Gobierno como de la Secretaría de Cultura del Estado de Querétaro (https://culturaqueretaro.gob.mx/iqca/admin/uploads/instituto/planestataldecultura.pdf ) – parece que fue hecho solamente para cubrir un requisito que, por cierto, se presentó a un año de haber iniciado la administración, lo cual ya es muy cuestionable. Es tan vasto como engañoso y tan incierto como ambiguo en sus planteamientos, metas y objetivos.

A estas alturas incluso dudo que nuestras “autoridades” sepan a qué se refieren cuando en un Plan de Desarrollo esgrimen la frase –que usan como respuesta a todo–: “Llevar a Querétaro al siguiente nivel”. Y como el citado Plan Estatal de Cultura contiene muchos aspectos cuestionables y no cabrían en este limitado espacio, solamente mencionaré algunos de los que evidentemente, y ya en su verificación práctica, están saliendo a flote evidenciando incongruencia, falta de visión, de estrategia y entendimiento en materia de políticas culturales, sin mencionar la falta de interés y respeto por los artistas que construyen día con día y con mucho esfuerzo la vida cultural, en general y teatral en particular, de Querétaro.

Para empezar, se dice –y así puede constatarse– que la propuesta del Plan Estatal de Cultura fue realizada “(…) con base en las necesidades de la comunidad cultural y las instituciones de nuestro estado”. Como dije arriba, las acciones no reflejan que hayan tomado en cuenta las necesidades reales de la comunidad cultural, salvo aquellos aspectos que sirven a su posicionamiento político.

Otro punto mencionado es: “Apoyar a los artistas de todas las disciplinas es parte medular del segundo eje. Acondicionaremos y ofreceremos espacios para exhibición, muestras teatrales, espacios de encuentro, difusión y formación para nuestros creadores, buscando su crecimiento y profesionalización”.

En este aspecto puedo decir que se ha excluido el apoyo a la producción teatral reduciéndolo a solamente el uso de los espacios, unos espacios que nos pertenecen de facto y que administrarlos no es ninguna acción extraordinaria sino una obligación de la instancia cultural. Tener un espacio de trabajo no es todo lo que se requiere para realizar una producción.

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Solo por mencionar algunas líneas de acción de este mismo Eje 2, se encuentran:

“Amplio programa de animación artística y cultural”. Del que prácticamente se ha excluido en su totalidad al Teatro y tenemos casi nula presencia en la cartelera estatal.

“Programas de investigación, profesionalización y creación artística”. En realidad son implementados por los artistas y con recursos propios o de la ciudadanía; no otorgan ningún beneficio económico.

“Fortalecimiento de los festivales ya existentes realizados por la Secretaría de Cultura, y otros de relevancia organizados por la sociedad civil”. No hay recursos para apoyar las iniciativas de la sociedad civil, el presupuesto para los festivales existentes se redujo presupuestalmente de manera considerable –casi en un 70%– y desaparecen las convocatorias de participación libre para los artistas.

“Programa de estímulos a la creación y la difusión artística”. No existen y ya se nos dijo que no van a implementar el programa APOYARTE que se nutría de presupuesto estatal.

“Circuitos artísticos estatales e intermunicipales”. Estamos en el mes de marzo, aún no hay convocatorias. Y de los pagos puntuales por presentaciones –una, si bien nos va–, mejor ni hablamos. ¿A dónde se está yendo el recurso para la cultura, en Querétaro?

Así las cosas, así el arte y la cultura, así el teatro que poco apoco, gracias a la Secretaría de Cultura del Estado, se está yendo –y no tan lentamente como cuando transitamos por la avenida 5 de febrero–“al siguiente nivel”.

 

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