Bernardo Arévalo asume la presidencia de Guatemala
“Nunca más el autoritarismo”, proclama Bernardo Arévalo tras ser investido presidente de Guatemala
El nuevo gobernante llega al poder con un discurso anticorrupción, al igual que su partido, nacido precisamente de las manifestaciones de 2015, que dieron paso a la caída del presidente Otto Pérez Molina.
Bernardo Arévalo asumió la presidencia de Guatemala después de un retraso de más de ocho horas, en medio de una jornada caótica que obligó a líderes internacionales a manifestar su respaldo al mandatario y demandar el respeto a la democracia.
Arévalo y la vicepresidenta Karin Herrera juraron sus cargos en el Teatro Nacional pasada la medianoche. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, estuvo presente en la ceremonia, igual que la canciller mexicana, Alicia Bárcena, el alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell, y el secretario General de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro. Arévalo juró el cargo, que sostendrá los próximos cuatro años.
“Nunca más el autoritarismo”, proclamó el nuevo presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, al ser investido jefe del Estado del país centroamericano, tras un tormentoso proceso de transición.
El pueblo de Guatemala ha demostrado su sabiduría, e instituciones como la Corte de Constitucionalidad y el Tribunal Supremo Electoral han protegido el deseo soberano de los guatemaltecos de vivir en democracia”, dijo en su primer discurso el presidente.
Arévalo de Léon recibió la banda presidencial de manos del presidente del Congreso, Samuel Pérez Álvarez, elegido también en el cargo este domingo, debido a que el mandatario saliente, Alejandro Giammattei, se ausentó de la ceremonia argumentando que debía entregar su puesto a más tardar antes de la medianoche del domingo y por ello envió al Congreso los símbolos institucionales por medio de su secretaria.
Arévalo de León y Pérez Álvarez son dos de los fundadores del Movimiento Semilla, el partido nacido de las manifestaciones contra la corrupción registradas en el país centroamericano durante 2015 y que culminaron con la caída del Gobierno de Otto Pérez Molina (2012-2015), actualmente en prisión.
“Es gracias a los jóvenes de Guatemala, que no perdieron la esperanza, que hoy puedo hablarles en este podio”, proclamó el académico y líder político, quien agradeció a los pueblos indígenas por defender la democracia de Guatemala.
Arévalo ingresó al Teatro Nacional Miguel Ángel Asturias, donde se desarrolló la ceremonia de investidura, al son del concierto para violín y orquesta “La Primavera”, del compositor italiano Antonio Vivaldi.
El presidente recién investido ha prometido la llegada de una “nueva primavera”, como la que protagonizó el Gobierno de su padre, Juan José Arévalo Bermejo, entre 1946 y 1951, en una de las Administraciones de más desarrollo para el país centroamericano.
Acompañado de su esposa, Lucrecia Peinado, el presidente caminó en medio del recinto teatral entre aplausos y sonrisas, pese a las más de diez horas de retraso de la ceremonia, que finalmente se llevó a cabo en la madrugada del 15 de enero aunque la ley establece que debe realizarse el 14 de enero.
Desde que obtuviera el segundo puesto en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, Arévalo de León y el Movimiento Semilla fueron perseguidos por el Ministerio Público (Fiscalía) y por los magistrados del Tribunal Supremo Electoral, con el objetivo de revertir su victoria en las urnas.
El nuevo gobernante llega al poder con un discurso anticorrupción, al igual que su partido, nacido precisamente de las manifestaciones de 2015, que dieron paso a la caída del presidente Otto Pérez Molina.
Alejandro Giammattei no acude al Congreso de Guatemala para presentar su informe final de Gobierno
Alejandro Giammattei envió a su secretaria personal a entregar la banda presidencial al Congreso, según confirmaron varias fuentes, y de igual forma expresó que no estaría en la investidura del nuevo gobernante.
El presidente saliente de Guatemala, Alejandro Giammattei, no se presentó personalmente este domingo para entregar su cargo al Congreso y lo hizo mediante su secretaria, al argumentar que debía entregar su puesto a más tardar hoy a la media noche.
Giammattei envió a su secretaria personal a entregar la banda presidencial al Congreso, según confirmaron varias fuentes, y de igual forma expresó que no estaría en la investidura del nuevo gobernante.
“Ante el riesgo de llegar a media noche sin iniciar los actos protocolarios, en este momento hice entrega de los símbolos de la Presidencia al Congreso de Guatemala“, puntualizó el presidente saliente mediante sus canales oficiales de comunicación.
La ley guatemalteca estipula que el presidente debe dejar su puesto este domingo, después de asumir sus funciones hace cuatro años, el 14 de enero de 2020, en el inicio de su período como gobernante.
Giammattei hizo una entrega final de su informe final del Gobierno el pasado viernes, pese a que desde que se instauró la democracia en 1986 todos los presidentes que se despiden han asistido el 14 de enero al Congreso para ser relevados.
La llegada de Giammattei al Parlamento era uno de los puntos de agenda en la ceremonia de este domingo, donde fueron juramentados los 160 nuevos diputados para el período 2024-2028.
Arévalo de León será investido este domingo por la noche en el teatro nacional de Guatemala, con más de 10 horas de retraso y una jornada llena de incidentes donde finalmente su partido, el Movimiento Semilla, se acreditó la presidencia del Congreso.
El Movimiento Semilla y Arévalo de Léon han sido perseguidos judicialmente varios meses por el Ministerio Público (Fiscalía), que ha intentado anular los resultados de las elecciones de 2023 pese a fuertes críticas de sectores locales y sanciones de Estados Unidos desde el extranjero.
Lo peor está por venir
Analistas advierten que lo más duro está por venir y no descartan que la Fiscalía continúe la persecución y solicite al Congreso retirarle la inmunidad de presidente.
Arévalo dijo que esta misma semana le pedirá la renuncia a la fiscal general Consuelo Porras, a la cabeza de la ofensiva judicial y quien fue ratificada en su puesto por Giammattei hasta 2026.
Pero una renuncia de Porras es poco probable, según los analistas. Y aunque este domingo logró acuerdos políticos, lidiará con un Congreso donde su bancada tiene solo 23 de las 160 curules.
Arévalo reconoce que afrontará enormes desafíos pues las «élites político-criminales, al menos durante un tiempo, seguirán enquistadas» en poderes del Estado.
La Guatemala que hereda ocupa el puesto 30 de 180 países en el ranking de corrupción de Transparencia Internacional y con 60% de sus 17,8 millones de habitantes en la pobreza, uno de los índices más altos de América Latina.
Según Arévalo, «lo más urgente» es recuperar las instituciones «cooptadas por los corruptos», pero «lo más importante» es trabajar por el desarrollo social.
Hijo de Juan José Arévalo (presidente de 1945-1951), impulsor de reformas sociales, nació en Montevideo y vivió de niño en Venezuela, México y Chile, en el exilio de su padre tras el golpe de Estado orquestado por Washington en 1954 contra el progresista Jacobo Árbenz.
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EFE