Resonancia Schumann en la Tierra se ha estado alineando
Resonancia Schumann en la Tierra se ha estado alineando
Reportan un aumento en la Resonancia Schumann y estas podrían ser las posibles consecuencias.
¿Cómo está hoy la resonancia Schumann?
La resonancia de la Tierra (resonancia Schumann) ha sido de 7,8 Hz durante miles de años. Desde 1980 se ha elevado a más de 12 Hz. Esto significa que un día de 24 horas equivale ahora a 16 horas. ¡El tiempo se está acelerando!
Han revelado que la Resonancia Schumann en la Tierra se ha estado alineando el 19 de junio pero, ¿Qué significa?
Primero, cabe aclarar que la Resonancia Schumann es un conjunto de picos de las ondas del espectro electromagnético de la Tierra.
Este fenómeno conocido como Resonancia Schumann, sucede entre la superficie y la ionosfera; es decir, que estas son provocadas por la actividad eléctrica de la Tierra.
La Resonancia Schumann sería comparable al latido de la Tierra, solo por poner un ejemplo.
¿Qué significa el aumento de la Resonancia Schumann?
En las últimas horas se han reportado que las ondas dentro de la Resonancia Schumann, que normalmente se mantienen en 7.8 Hz, se han estado alineando.
Esta sería la misma frecuencia de las ondas Alpha cerebrales que se alcanzan en un estado de relajación.
Hace unos días, la Resonancia Schumann llegó hasta 120 Hz y posteriormente comenzó a mostrar patrones ordenados y no aleatorios, como usualmente lo había presentado.
El aumento en la Resonancia Schumann puede provocar:
Mareos
Dolores de cabeza
Dolor de espalda
Dolor estomacal
Fotofobia
De acuerdo a lo que se ha señalado, los efectos de la nueva frecuencia en la Resonancia Schuman pueden afectar en el estado anímico mental y emocional de las personas.
La Resonancia Schumann aumenta y se vuelve a bajar
Se ha dado a conocer que la frecuencia en la Resonancia Schumann ha estado aumentando; pero, ahora, se ve un patrón armonizado en sus vibraciones
Ya que al estar armonizadas las frecuencia de la Resonancia Schuman, se esperaría que se armonice de igual forma las ondas cerebrales.
Lo cual se reflejaría en el estado mental, anímico y físico; además, también se observaría esta armonización de la Resonancia Schuman en las funciones biológicas.
Algunos expertos señalan que el aumento en la Resonancia Schuman hace que el tiempo parezca acelerado, en donde en vez de 24 horas solo se viven 16.
Se demostró que de igual manera en 2017, la Resonancia Schuman subió a 36 Hz alterando los equipos de estudio del espacio en diversos países.
De acuerdo a especialistas rusos, los daños causados en la salud detonaron hasta en un 400 porciento, con más frecuencia enfermedades como:
Cáncer
Depresión y suicidios
Presión arterial alta
Trastornos del sueño
Daños en la flora y fauna
La resonancia Schumann y efectos en la salud y planeta
En los años 50, el Dr. Winfried Schumann descubrió el efecto de resonancia en el sistema Tierra=ionósfera, lo que lleva su nombre y que en física se llama “onda transversal magnética”, que muestra direcciones perpendiculares de vibraciones, causadas especialmente por el golpe generado por los rayos en el espacio entre la Tierra y la ionósfera.
Se comprobó que estas ondas vibran en la misma frecuencia que las ondas cerebrales de los seres humanos y mamíferos, o sea, 7,8 Hertz por segundo.
Se ha visto que la Resonancia Schumann del planeta se ha elevado de 7,8 Hertz a 12 Hz en los últimos 8 años y se mantuvo en los 7,8 Hz durante miles de años, y a partir del año 2000 una energía de cuarta dimensión alteró la carga electromagnética de la Tierra.
Investigaciones señalan que la Resonancia Magnética, RS, se hace presente hoy en un paso acelerado del tiempo. Esto nos dice que las 24 horas diarias ya no lo son, sino que nominalmente, pues estamos viviendo solamente 16 horas. Esto explicaría nuestra aceleración diaria y los días y semanas “pasan volando”, como decimos, lo que sería un salto cuántico dimensional.
Austria y Alemania han formulado nuevos proyectos en física cuántica de 7,8 Hz, consideradas estas una constante biológica de nuestro hipotálamo. Esta frecuencia de la Tierra se comparte como un gran circuito eléctrico y esto abre “un campo de comunicación entre dos sistemas neuronales o telepatía”.
La RS fluctuante y las explosiones solares, pueden ser un factor en las severas tormentas, inundaciones y el clima de estos últimos años.
La resonancia Schumann y los latidos del corazón
Los avances y descubrimientos de la tecnología nos han separado del hábitat natural del Hombre, y es la frecuencia 7,8 Hz como el latido del corazón de la Tierra, hace cientos de años, como la que aceptó bien el ser humano. Desgraciadamente los cientos de frecuencias adicionales, en el transcurso de la historia, y el avance de la tecnología, han cambiado el pulso de la Tierra y sus habitantes. Y son la radio, la TV, el móvil, satélites, etc., y todas las redes sociales que inundan el planeta.
La NASA ha comprobado que los astronautas al salir al espacio alteran su salud, debido a las altas frecuencias magnéticas a que son sometidos en otra atmósfera.
Y es la relación de las ondas cerebrales y la Resonancia Schumann un estudio constante de los médicos especialistas, que ven cómo los campos electromagnéticos, con sus rayos radioactivos, afectan la salud del ser.
Hace 3 años la frecuencia subió a 30 Hz y hoy se estima su aumento a 36 Hz, alterando los equipos de estudio del espacio en diversos países, especialmente de los rusos, quienes se refirieron a los daños causados en la salud de la población, causante de enfermedades como el cáncer, depresión, estrés, trastornos en la presión arterial, en el sueño, etc. Igualmente señalaron los daños en el reino animal, fauna y flora.
Resonancia Schumann afecta la percepción del tiempo
No solo las personas más viejas. También las jóvenes tienen la sensación de que todo se está acelerando excesivamente. Ayer fue carnaval, dentro de poco Semana Santa y más tarde navidad. Ese sentimiento ¿es ilusorio o tiene base real? Por la resonancia Schumann se procura dar una explicación.
El físico alemán W.O. Schumann constató en 1952 que la tierra está cercada por un campo electromagnético poderoso que se forma en la parte inferior de la ionosfera, cerca de 100 km por encima de nosotros. Ese campo posee una resonancia (llamada resonancia Schumann), más o menos constante de unas 7,83 pulsaciones por segundo.
Es como una especie de marcapasos, responsable del equilibrio de la biosfera, hábitat y condicionante común de todas las formas de vida. Se ha verificado que todos los vertebrados y nuestro cerebro tienen la misma frecuencia de 7,83 hertz.
Empíricamente se tiene la constatación de que no podemos estar sanos fuera de esa frecuencia biológica natural. Siempre que los astronautas hacían viajes espaciales se salían de la resonancia Schumann y enfermaban. Si se les sometía a la acción de un simulador Schumann, recuperaban el equilibrio y la salud.
Desde hace millares de años los latidos del corazón de la tierra han tenido esa frecuencia de pulsaciones y la vida se desarrollaba en relativo equilibrio ecológico. Ocurre que a partir de los años 80, y de forma mas acentuada a partir de los 90, la frecuencia pasó de 7,83 a 11 y 13 hertz.
El corazón de la tierra se disparó. Coincidentemente, desequilibrios ecológicos se hicieron sentir: perturbaciones climáticas, actividad volcánica creciente, mayores tensiones en los conflictos del mundo, aumento general de comportamientos desviados en las personas, etc.
Debido a la aceleración general, una jornada de 24 horas, en verdad es solamente de 16 horas. Por tanto, la percepción de que todo está pasando demasiado rápido no es ilusoria. Tendría base real en ese transtorno de la resonancia Schumann.
Se puede enfatizar una tesis recurrente entre los grandes cosmólogos y biólogos de que la tierra es, efectivamente un superorganismo vivo. De que la Tierra y la humanidad formamos una única entidad. Los seres humanos, somos Tierra que siente, piensa, ama y venera.
Porque somos eso, poseemos una misma natureza bioelétrica y estamos envueltos por las mismas ondas resonantes Schumann. Gaia, ese superorganismo vivo que es la Madre Tierra, deberá estar buscando formas de retornar a su equilibrio natural…
Como cualquier ser vivo, pero no se sabe a qué precio habrá que pagarlo por la biosfera y por los seres vivos. Aquí se abre un espacio para los grupos esotéricos y otros futuristas que proyectarán escenarios, ora dramáticos con catástrofes terribles, ora esperanzadores, como la irrupción de la cuarta dimensión, por la cual todos seremos más intuitivos, más espirituales y más sintonizados con el biorritmo de la Tierra.
Afecta el carácter de la persona
Este aumento de la vibración de la Tierra afecta directamente al ser, aumentando su vibración normal y con un comportamiento muy diferente, variando su frecuencia según la localidad donde viva. Cerca de aguas, de lagos, ríos y mares se estima que la frecuencia es más alta y varía en cordilleras, como en desiertos y otros.
Igualmente se señala que el carácter de la persona se alteraría con las altas y bajas frecuencias, en las que existiría una expansión elevada de la conciencia, en que la gente perdería el miedo. Estudios expresan que “los más sintonizados con la frecuencia normal son las tribus indígenas, que están conectados con la Tierra, la naturaleza”.
“Todo en nuestra vida es vibración”, decía Alberto Einstein. Todo es conexión, todos somos uno, uno somos todos. Como seres energía tenemos capacidad de conexión con el Universo y sintonizamos con las fuentes de energía, con diferentes latidos y tonos.
Cada átomo, cada molécula oscila y tiene vibraciones que se miden en frecuencias y estamos rodeados de estas y ondas que emite el entorno, por eso se dice que la vibración podría ser el origen de la conciencia y la frecuencia constitutiva del cosmos en su totalidad.
La resonancia es algo relevante en el caso de las ondas cerebrales, theta, alpha, beta y gama, las cuales son oscilaciones eléctricas del cerebro que están asociadas con ciertos estados de conciencia.
Tenían razón los muchachos hippies otrora, cuando decían “todo se trata de la vibra”. El Universo entero es vibración que emerge del sentido primordial “OM”, según la cultura hindú, que agregaban su teoría ¨spanda”, o vibración, es decir, «la existencia es una vibración de la conciencia divina”.
Las ondas cerebrales se relacionan con distintos tipos de estados de conciencia. Estas junto con todas las demás vibraciones que forman parte de nuestro día a día y que son fruto de nuestro estado físico, nuestro pensamiento y emociones, van a conformar lo que conocemos como vibración personal.
La red 5G, o quinta generación, y sus nocivos efectos
Las empresas de telecomunicaciones y gobiernos del mundo preparan y efectúan el despliegue de la 5G, lo cual empieza a provocar cambios climáticos a nivel global. Esta conexión parte de las autopistas o vías electromagnéticas, hasta cualquier artilugio que compremos, así estos objetos tienen antenas y microchips y se conectarán de manera inalámbrica a internet, es el internet de las cosas. No se puede calcular el número de transmisores radiofrecuencia que están siendo instalados. Desgraciadamente la legislación impide y trata que ahora no se elaboren leyes para proteger al ciudadano consumidor, y desde la mayoría de los gobiernos hacen caso omiso a la evidencia clínica que la radiofrecuencia sea perjudicial para la salud.
Este bombardeo electromagnético ha traído alteración a nuestro ritmo cotidiano, produciendo un sinnúmero de síntomas y enfermedades a la salud de todos los habitantes, como fatiga, insomnio, confusión, pérdida de la memoria, depresión, ansiedad, problemas endocrinos y de la piel, ruidos en los oídos, cataratas y alterando el sistema nervioso central.
Ya en Inglaterra se prohibió a niños y embarazadas el uso del celular y se espera que le suspendan el uso de internet y wifi. Ellos han constatado que la leucemia, tumores cerebrales y diversos tipos de cánceres son causados solamente por el uso de antenas de telefonía móvil.
Hace dos años el Instituto Ramazzini, de Boloña, que se especializa en la prevención del cáncer, vinculó diversas enfermedades del corazón y el glioma, tumor en cerebro y médula espinal, al teléfono móvil. Por su parte, la Comisión Europea hizo el estudio Mobi=Kids, en que 14 países con niños y adolescentes, entre 7 y 24 años, vinculan la relación de tumores cerebrales con la telefonía móvil, y el Instituto Nacional de Francia avala cerca de 10 mil estudios científicos que demuestran daños a la salud por radiación de resonancia magnética.
Pronto cada celular tendrá docenas de diminutas antenas para rastrear y apuntar un rayo enfocado a la torre celular más cercana y veinte mil satélites orbitarán la Tierra con potentes rayos enfocados y dirigibles y cada satélite emitirá ondas milimétricas con una potencia radiada efectiva de 5 millones de vatios, desde miles de antenas.
La Declaración de Friburgo, de 2015, fue firmada por 3 mil médicos que piden urgentemente el cese de la expansión de la tecnología inalámbrica. En el mismo año, científicos de 41 países comunicaron su alarma a la ONU y a la OMS, señalando que “los últimos estudios científicos demostraban que los campos electromagnéticos afectaban a los organismos vivos a niveles muy superiores a los fijados por la mayoría de las direcciones nacionales e internacionales”.
Y nos ponen entre, entretenidos
Además este “desarrollo” de las redes sociales, especialmente el celular, fuera de comunicarnos con mayor facilidad sobre el diario vivir, nos aleja de nuestros semejantes en una relación menos personal e íntima. Nos hemos contagiado del mensaje rápido y efectivo de informar el aquí y ahora que nos proporciona el móvil y nos alejamos cada día más de nuestros seres queridos.
El exceso de información, que es frecuencia en diversos grados, que forma parte de la “inteligencia artificial”, llena nuestra cómoda vida, por diferentes canales, que no nos dan tiempo para pensar y reflexionar. Los contenidos de la TV y la prensa escrita y hablada nos ponen entre, entre=tenidos, tenidos entre un mensaje mísero y una realidad con brumas que no dejan mirar mejor el horizonte. Caso que se da muy fuerte en nuestros niños y jóvenes que siempre, todo el día, tienen la pantalla que el chip natural y social les ha dado, con la frecuencia para estar conectados todo el día, como los mejores consumidores de la basura que les enferma los sentidos para poder valorar el día y un mejor futuro.
Todos estos relucientes “adelantos” tecnológicos inhiben nuestra capacidad de juicio, nuestra libertad y pluralidad y a lo que defendemos y entendemos como humanismo, en la entrada de la automatización y organización social, en que el Big Data y el algoritmo pasan a ser otra acción que tiene una frecuencia, una resonancia que limita nuestro pensar y actuar.
Las nuevas vibraciones ya están en la Tierra y nos permiten alcanzar algunas capacidades de percepción y comprensión. Estos son cambios que están dentro del orden normal de la evolución, tanto desde el punto de vista galáctico como terrenal y humano. Por ello pienso que tenemos que cambiar las estructuras del ayer por otros nuevos acordes y notas que sintonicen con la frecuencia del Hombre en el Universo y realizado en plena conciencia y mucho amor.
Finalmente, maduremos lo que dice el filósofo francés Éric Sadin, quien señala, en su libro La inteligencia artificial o el desafío del siglo, que “las tecnologías digitales ya no son prótesis de nuestras facultades, sino que las suplantan y se instalan con una nueva verdad que nos dirige según una interpretación automatizada de las cosas”…
Por agencias y Mariana Gutierrez, Guillermo Brown Foto Un Expo Edu VE