Migración, racismo y clasismo en Querétaro
Migración, racismo y clasismo en Querétaro, Luz Neón por: Manuel Basaldúa Hernández
Querétaro se presume una metrópoli, se considera cosmopolita. ¿Qué tan moderno es? ¿Qué tan progresista es en estos últimos tiempos con esta condición mega urbana?
Las últimas décadas del Siglo XX muchos de los habitantes de esta ilustre entidad se dedicaron a deliberar sobre la queretaneidad, qué si era perfumados o no, sin resolver a ciencia cierta tal examen de pertenencia y origen. Pero la esencia de hacer la distinción entre queretanos y no queretanos se ha mantenido en el transcurso de la historia reciente. Se vuelve recurrente a medida que los nuevos queretanos asumen la condición de queretanos de cepa. Gracias a muchos de los nuevos, el Estado y la capital se transformó económica y culturalmente. La diáspora resultó positiva y le inyectó esa fuerza moderna y contemporánea a nuestro territorio. racismo, racismo, racismo, racismo, racismo, racismo, racismo
La migración es una constante a nivel mundial y local, millones de personas se mueven de sus lugares de origen buscando alternativas de vida económica, social o de seguridad. A nivel local, las nuevas caras son la moneda corriente en este escenario de transformación queretana.
Se ha dado una apertura y bienvenida a los migrantes y a los nuevos ciudadanos que se asientan en el terruño, pero en el fondo existe ese dejo de cierto rechazo a los nuevos. ¿Esa actitud es propia de los queretanos, o es una particularidad de los mexicanos en general?
A raíz de lo ocurrido recientemente en una estación de migrantes en la frontera norte, descubrimos que gran parte de los mexicanos no comulga con una apertura adecuada con los ciudadanos del mundo, sobre todo si son de países o etnias pobres. El Gobierno actual no ha gozado de buenas cartas en este campo, pero vemos que esta situación ha sido una constante que no ha logrado resolverse.
En tiempo reciente se ha logrado hacer un reconocimiento a los afromexicanos, incluso ellos mismos ya se asumen como tales. Las minorías se han situado con respeto y logrado hacerse visibles. Pero seguimos con lastres de clasismo que han hecho difícil el camino a desaparecer la discriminación aplicado por el racismo y el clasismo que todavía traemos arrastrando.
La paradoja más palpable la tenemos con la etnia de los nhanhus, y su emblemática muñeca indígena. Una imagen que usa el gobierno y con la que ha logrado reconocimiento internacional, pero que al interior reprime y relega a las mujeres y demás miembros de dicha etnia.
Hace cierto tiempo, yo realizaba un viaje por autobús a la frontera norte del país, y me toco de compañero de asiento a un jornalero chiapaneco. Por lo prolongado del trayecto iniciamos una charla intercambiando las intenciones de nuestros viajes. El compañero de Chiapas viajaba por motivos laborales y de negocios, y yo por cuestiones académicas.
En una parte del viaje el cansancio ocasionó que el sueño nos venciera. Pasando uno de los Estados del noroccidente, nos detuvimos en un retén del Instituto Nacional de Migración, y subió un agente de esa institución. Yo desperté por el movimiento que había con dicha revisión, y mi compañero más cansado del viaje seguía durmiendo. A mí me preguntaron a donde iba, y con eso basto para que el agente aprobara mi dicho. Pero con mi compañero de asiento lo movió bruscamente y lo empezó a insultar exigiéndole que bajara del autobús. Yo le dije que no tratara así a un connacional y que se portara a la altura.
El agente me dijo que esa persona era un centroamericano y que debía de ser retenido por cruzar el país en forma ilegal. Le pregunte de donde sacaba tales deducciones sobre su origen y condición. Y me respondió que tan solo ver su aspecto, y su físico era suficiente. Mi compañero de asiento, chiapaneco de baja estatura y piel morena y con su forma de ser de aquella región muy ceremonioso, humilde y cortés no fue capaz de enfrentar directamente al agente. Mi compañero le presentó su credencial del IFE, en ese entonces era IFE aún, y le aseguro que era mexicano. Seguramente es falso, espeto el agente, baje del autobús, le ordeno.
Ante tal escena y atropello, me levanté del asiento y le pedí sus datos al agente, para poder levantar una queja y un reporte a sus superiores. Entonces me pidió que me identificara y que explicara porque abogaba por esa persona. Me identifique como académico y mencione que él, como mexicano si debía cumplir su trabajo, pero tratar bien y amablemente a nuestros compatriotas. A regañadientes declinó sus intenciones de bajar del autobús a mi compañero y señalarlo como extranjero.
Mi amigo de Chiapas, me dijo que no era la primera vez que le sucedía esto a él y otros paisanos. Le daba tristeza y miedo que las personas los trataran así.
En Querétaro debemos combatir las actitudes clasistas, llenas de un racismo encubierto que trastocan los derechos humanos al tránsito libre de las personas. Nos falta mucho camino por andar en este campo de la tolerancia hacia los migrantes y al fenómeno de la migración.
Luz Neón, por: Manuel Basaldúa Hernández.
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